Thursday, September 1, 2011

Las palmeras en la página del blog

Mi madre y sus tres hermanas heredaron de mi abuelo un Cocal y cuatro plantíos de henequén en Yucatán. Ibamos todos los años a revisar el estado de nuestras propiedades, cada hermana en una diferente época del año. El henequén luego desapareció como el principal negocio del estado, y el Cocal lo vendimos. Me gustaba especialmente ir al Cocal, a orillas del mar de Campeche; las palmeras llenas de cocos frescos que comíamos y bebíamos en la playa y por supuesto el delicioso pescado fresco, frito a las brasas.


También recuerdo vivamente un ciclón que padecimos mientras dormíamos en nuestras hamacas. Yo tendría como cinco o seis años de edad y no sabía lo que era un ciclón; solo había oído al mediodía que se hablaba de que probablemente "iba a llegar un ciclón" y que era algo terrible. Me asustaron. Así que me encontré en la noche rezando "Virgencita, que no se desate el ciclón, que jamás llegue el ciclón..." una y otra vez. A la mañana siguiente me informaron que el ciclón ¡ya había pasado! y como no sabía como era, ni cuenta me dí... en realidad todo lo que  llegó fué una "colita" del ciclón y solo se calleron algunos cocos =).

Bueno por eso las palmeras... se parecen a las que veía cada año.

1 comment:

  1. interesante y bonito relato, jeje =) qué otros recuerdos tienes de cuando eras pequeño? creo que conozco pocos...
    te quiero,
    Mari

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